Es verdad: nada de lo que hacemos pudo nunca hacerse solo, aunque le pongamos nuestra firma. En este caso, para abreviar una lista interminable, agradezco a los Maestros, sin los cuales nada positivo se trasmitiría en el mundo, a mi padre que me ha bancado y alentado, a mi madre que sugirió el nombre. A mi hija por una magnifica portada.
A mis amigos en el Sur, en especial a las familias Quentrequeo, - Anto que sugirió el formato y a Claudia por empujar este proyecto hacia delante, y los demás- ; Cayuqueo y Cacopardo, que me acogieron durante mi investigación, y a muchos más, a Caroline Holder que con sus preguntas encendió la búsqueda, a Louis Jaccourt, a los bibliotecarios, en particular el personal de la Biblioteca Sarmiento de Bariloche por su cooperación y sugerencias, y en la última etapa a Pablo Medina y los compañeros de La Nube, por facilitarme un ámbito físico y afectivo para terminar el trabajo. A Roberto Bein, por revisar parte del manuscrito y sugerir mejoras a la Introducción.
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